PRESENTACION DE LA OBRA DEL MAESTRO

12.09.2014 06:40

La Obra que hoy contemplamos, puede decirse que es la expresión genuina de un artista original, de un hombre en éxtasis permamente frente a lo que lo rodea, al mundo convertido en obra artística.  Alberto Revelo nos comparte hoy la puesta en escena de su mundo pictórico, en forma de Bodegones, de elementos que nos recuerdan la Tierra, lo primigenio. Sus figuras sugieren formas ventrales, sus colores nos recrean el mundo de nuestra tierra; sus frutos presentan ocultamientos cifrados de erotismo y delicadiezas tenuamente expresadas; sus diferentes elementos expuestos denotan necesidades y a la vez satisfacciones superpuestas en el plano maravilloso de la Estética.  Sus Bodegones son un canto a la Tierra, es la expectación de un hombre ante un telurismo al que nos es dificil renunciar o salir; ubicados de forma armónica, en el orden sincrónico del caos de las formas y las materias primarias que componen nuestro Planeta; la tierra está ahí, cantada, expuesta, superpuesta, exaltada, como listos para iniciar el ritual simbólico de los sacrificios en donde se expían las culpas propias con el gesto generoso y dadivoso de ofrendar el alimento a los demás, a la comunidad, en una actitud tan propia de nosotros, los hombres del sur.

Gracias a la generosidad de Alberto Revelo, he tenido la oportunidad de contemplar también su obra oculta, la no expuesta; en un viaje por el laberinto de su personalidad, he podido vislumbrar la retrospectiva de su maravillosa obra; ahí sus obras abstractas de su primera época, en colores vibrantes que expresan el encantamiento perpetuo por la vida; sus últimas obras, también abstractas, en colores ocre, laberintos atravesados por tenues hilos azules, como un torrente de vida en medio de un desierto. Digo esto, porque quizá llegue el día en que quiera compartirnos esas obras que logran el deslumbramiento en quien las contemplan, además, porque Alberto Revelo es un artista multifacético.

Continuando con la presentación, digo que, hay en toda la obra una constante:  La luz, esos rayos luminosos, a veces tenues, a veces determinantes en la obra, ocultos tras las formas, tras las figuras; aquí debo pecar por ejercer el oficio de filósofo para interpretar y entender su mensaje:  La luz, es el medio que posibilita la percepción; surge ésta como expresión simbólica como paradigma del bien, como fuente de conocimiento y como manifestación del mismo o de la verdad; la luz es una imagen del mundo inteligible, hasta el punto de que los griegos comparan el entendimiento activo como una luz; para los latinos, la luz representa las semillas innatas de las virtudes, es elemento que junto con la oscuridad, en el juego de las contradicciones, posibilita el mundo, en la díada de tiempo-espacio; en la escatoloogía cristiana, la luz aparece casi siempre como la condición para que se produzca la visión espiritual, la iluminación.  En Revelo, la luz como constante, expresa el afán por develar el conocimiento, por llegar a el, por acercarse hasta apropiarse y emprender la conquista del mundo. No en vano es, como él mismo lo reconoce, un autodidacta en las honduras de la Filosofía. En medio de objetos inanimados, sustrato del bodegón, la luz nos remite a nuestro Yo, a nuestro profundo alter-ego, como posibilidad del encuentro con las verdades eternas. Este elemento, frecuente en todas las formas artísticas, también puede obrar como medio en el que remueve el alma universal, siendo una de las potencias de la naturaleza; sus bodegones, no pueden ser así simples naturalezas muertas en el plano físico que se reduce a un lienzo y a un marco,  la luz nos remite al concepto de lo vivo. Bien vale referirnos a la expresión de Hegel frente a sus inquisiciones sobre la misma, en donde la luz es la identidad de la materia; por eso reitero que sus bodegones no son simples naturalezas muertas, su obra en general muestra ciertos movimientos, una oculta agitación en forma y en color. 

La obra del maestro Revelo, es una exploración por el conocimiento, es un pretexto para mostrarnos sus develaciones de juicios y criterios, en el laberinto del pensamiento hay chispazos de verdades y de realidades en las que quisiéramos permanecer; sin embargo como sujetos de momento, dotados de historia, herederos de una cultura y de una civilización, no nos es posible conocerlo todo. Sólo nos pertenece la infinitud de la pequeñez en la magnanimidad de un Universo de posibilidades en el saber. Esos destellos de luz en sus cuadros, nos hace un llamado permanente a no renunciar por ello a la conquista de la grandeza humana. El crear es la expresión de la voluntad de dominio del artista, en el crear tomamos la condición de seres superioes y nos ponemos en el mismo plano de los dioses.

 

Mauricio Chaves Bustos

Universidad   Nacional de Colombia